viernes, 27 de marzo de 2009

¿CUANTO MÁS TENDREMOS QUE ESPERAR?

Viene a mi mente las brutales escenas, grabadas en neuronas de plomo, que me hacen sentir cada día, el alto grado de deshumanización en que se encuentra el ser humano. Cuanto vale un pedazo de pan, sin lugar a dudas, más de lo que asciende la deuda externa de Estados Unidos. La situación es caótica, la violencia, como tal lo afirma Cantoral, crece cada día como el hongo de la levadura del pan. Y es que casí todos los mecanismos de seguridad dirigidos por el estado, se encuentran en esa importencia acelerada, ante la repentina ola de violencia, que ya más parece, un ciclón que una ola.

Sin embargo, ninguno de nosotros es ajeno al hecho, que mientras una persona se encuentra ingresando al Centro de Dentención Preventiva, por la perpetración de un delito, diez de ellas, se encuentran celebrando por el gran botín, conseguido por sus medios criminales, y la medida de seguridad que obtuvo del juez que le fallo la objetividad. Entonces, ¿en que quedamos? o la policía detiene a os delincuentes, o son estos los que detienen a los policías, porque parece que las técnicas delincuenciales son más avanzadas, y se encuentran a la vanguardia, esto, porque cuentan con jefes que se preocupan más por ellos, y al menos les enseñan, más que salir corriendo luego de perpetrar un hecho delictivo.

Es necesario entender, que la debilidad en los sistemas que se dedican a la administración de justicia, no radica solamente en errores cometidos durante la captura, la fase preliminar, el procedimiento intermedio y el juicio oral; son errores que ya se cometieron antes que comience la persecución penal y es que, lamentablemente, no basta con tener miles de elementos policiales más en las calles, o sacar a toda una compania de soldados en los barrios peligrosos, por el contrario, el avance debe efectuarse desde la dimensión fáctica de las sociedad, es el ser humano, el que debe humanizarse, son los hogares los que deben ser atendidos, el niño que debe ser educado, con una cultura de denuncia, una cultura de intolerancia a los hechos antijurídicos y punibles, es el humano que debe entender, que no existe mundo, si no existen valores, tales como el respeto por la vida.

Qué sucede hoy en día en nuestro alrededor: casi nada, es el resultado de un largo proceso de abandono o desestabilidad como dice CHITO, porque realmente nadie se ha preocupado, por forjar en nuestra sociedad nuevas rutas, surcar ejemplos loables para que las personas puedan seguirlos. Es que la sociedad esta enfermas, dando tumbos, asfixiandose en el veneno que ha sido inyectado, por una cultura salvaje, cuyo epicentro es material, el consumo, las ganacias, lo números y todo lo demás, sin importar el daño que le causen a los seres, que lo único que queremos es vivir, sin miedo ante las terribles presiones que generan en nuestra vida.

En realdiad, yo estoy lejos, pero tengo una conciencia despierta, y entiendo que el caos en el que estamos viviendo, no puede ser resuelto con políticas a corto plazo, es necesario atacar es causa que no ha venido arrastrando, es necesario destruir la raíz, arrancarla desde lo más profundo donde se encuentre arraigada, y sembrar una semilla de paz, amor y esperanza para nuestros pueblos.

Una vez más señores, estamos presentes...

1 comentario:

MarianoCantoral dijo...

Ni la distancia, ni las fronteras, ni las lagunas (sean o no mentales) logran vencer una conciencia pura y llena de humanidad, lo que más nos hace falta, ser humanos con empatía y ser menos robots consumistas, hoy por hoy San Benito, Petén, puede afortunadamente jactarse de tener sobre su suelo, un jurista "in fieri" y no un leguleyo más, para auxiliar al débil sistema de justicia.